Fundacion

¿Quiénes Somos?

Somos una institución sin ánimo de lucro que se interesa en promover el desarrollo integral de las personas en situación de vulnerabilidad.|

Misión

Contribuimos con las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas acompañadas en el territorio nacional e internacional, a promoverse integralmente en lo cultural, individual, familiar, educativo, económico y desde sus espiritualidades para que sean gestores de su propio desarrollo humano, comunitario y social desde una construcción de paz.

Visión

La Fundación Santa Laura Montoya, en el 2030 es líder en la formación y el acompañamiento a las comunidades más vulnerables y vulneradas donde las Misioneras de la Madre Laura, de la Provincia de Medellín, desarrollan su trabajo pastoral y de promoción humana y social.

Objetivo Principal

La Fundación Santa Laura Montoya tiene por objeto principal: Promover el desarrollo integral de las personas en situación de vulnerabilidad, en especial, indígenas, afrodescendientes y campesinas. Posibilita que estos grupos poblacionales logren el mejoramiento de su calidad de vida como individuos, familia y comunidad.

Principios

SOLIDARIDAD

  • La solidaridad se relaciona con el respaldo, la ayuda, la protección, la equidad, la justicia.
  • La solidaridad es apoyar a las personas que se encuentran en condiciones desfavorables.
  • En la Biblia no encontramos la palabra solidaridad literalmente, pero si habla de la justicia y el amor.
  • La solidaridad tiene una lógica evangélica de comunión y de donación.
  • La solidaridad supera el individualismo.

ESCUCHA, CERCANÍA Y OPCIÓN PREFERENCIAL POR LAS PERSONAS EMPOBRECIDAS   

  • En el evangelio de Lucas 11,28 encontramos: “Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican”
  • El compromiso de los mensajeros del Reino es por las personas empobrecidas, marginadas, violentadas.

PERSPECTIVA INTERCULTURAL

  • Es la convivencia armónica teniendo como punto de partida el respeto a las diferencias. 

PROMOCIÓN DE LA EQUIDAD DE GÉNERO        

  • Resaltar los derechos de hombres y mujeres.
  • Respeto al cuerpo, familia y futuro de hombres y mujeres.
  • Denunciar todos los atropellos a la dignidad de hombres y mujeres.
  • Que cada ser humano tenga un buen trato, oportunidades de compartir con otros sus dones y talentos.
  • La igualdad es parte fundamental de la justicia social.
  • Que hombres y mujeres tengan derecho a la salud, a la educación, a la libre expresión, a la justicia.

ANUNCIO Y DENUNCIA PROFÉTICA       

“Felices ustedes los pobres porque el Reino de Dios les pertenece” Lucas 6,20.

  • Anuncio de Reino, anuncio de buenas noticias y denuncia de todos los atropellos a la dignidad humana. Denuncia de todo lo que va en contra de la vida y degradación de la persona.

VERDAD Y JUSTICIA       

  • “Lucha hasta la muerte por la verdad y el Señor Dios luchará por ti” Eclesiástico 4,28
  • Lograr que se respeten los derechos de las víctimas.

“Pero nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia” 2 Pedro 3,13

 

CUIDADO DE LA CASA COMÚN

  • “Señor dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la tierra” (Salmo 8,2). El salmista se inspira en la belleza de la casa común. 
  • El Papa Francisco, en su encíclica Laudato SI, hace referencia al planeta tierra como la “casa común”. Es urgente el cuidado y respeto a esta casa común, esto requiere el compromiso de todos los seres humanos.

 

TRANSPARENCIA Y RESPETO POR EL BIEN COMÚN        

  • “En cada uno, el espíritu se manifiesta para el bien común” 1 Corintios 12,7.
  • El bien común por encima de los intereses políticos, económicos, sociales, egoístas e individualistas. 

PRUDENCIA Y PROTECCIÓN POR LA PALABRA Y LA ESCUCHA   

  • Saber escuchar, opinar en el momento oportuno, respetar la palabra. Generar confiabilidad.

SINODALIDAD: CAMINAR JUNTOS Y JUNTAS EN PERSPECTIVA MACRO ECUMÉNICA     

  • Sinodalidad expresa la identidad de la iglesia como Pueblo de Dios en camino, en peregrinación hacia el Reino. Resalta la dignidad común de los hombres y mujeres y asevera su corresponsabilidad en la misión evangelizadora.
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