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Pedagogía del amor

El querer de la madre Laura fue que la educación promoviera desde el ser cambios culturales sociales políticos que generan nuevos compromisos de fe a favor de la vida la justicia y la paz.

La Madre Laura fue y sigue siendo la promotora de la educación popular como educadora como educadora marcó pautas para una educación integral libertadora mostró un estilo de vida quien es posible vivenciar los valores que nos identifican como hombres y mujeres constructores de una sociedad nueva.

La pedagogía del amor para la Madre Laura todo va con amor la tuvo siempre como una estrategia y supo contagiarle a sus hijos y a quienes se encontraron con ella.

Esa pedagogía del amor consiste en tener una mirada diferente del ser humano abarca al hombre por lo tanto nuestro empeño educativo ha de ser de mayor calidad humana en los principios fundamentales de la educación y de la formación es de carácter imperativo el amor y el respeto

Una pedagogía que parta de la realidad es la enseñanza en el aula sin muros en donde el aula verdadera sea la misma vida no hay días ni horas ni lugares fijos para la enseñanza todo lo señala la oportunidad lo mismo se enseña en el camino que en el patio que en el campo todo está en aprovecharles las oportunidades a los discípulos (Madre Laura) lo importante es dejarse guiar por el amor y no por el poder buscando el bien del otro como persona humana una metodología que sea en la práctica y la convivencia con el alumno

La Madrea Laura insiste:

Todas las enseñanzas dirijanlas a dar a conocer a Dios este es el gran objetivo de la vocación apostólica de modo que cuando enseñan aritmética geografía historia entre otras todos estos conocimientos también sirven de oportunidad para hablarles de Dios tuvo muy claro los fines y las mediaciones cada mediación debe ser aprovechada al máximo con tal de lograr el objetivo la promoción integral de la persona y En aquel momento los indígenas los pobres y marginados

«Dios mío cómo te conmueven los gemidos de los pobres que nosotros oímos con tanta indiferencia» Santa Laura Montoya

 

 

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